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Para el año 2016, las estimaciones de ANEFA muestran que se ha cerrado el ejercicio con un retroceso del -2,7%, para un consumo total de áridos para la construcción de 96,6 millones de toneladas, todavía con variaciones territoriales muy importantes y algunas Comunidades Autónomas todavía en decrecimiento. La situación política vivida en 2016 ha paralizado la obra civil y retraído la inversión privada en edificación, aunque ésta se ha comportado positivamente, pero partiendo de unos niveles ínfimos.
Esta tendencia es muy similar a las registradas para los sectores afines.
Desde el máximo previo a la crisis (2006), momento en el que la producción era de 486 Mt, el consumo de áridos para la construcción sigue en el -80,1% de lo registrado aquel año, a pesar de la tibia mejoría experimentada en 2015.
Se han consumido cerca de un millón de toneladas de áridos reciclados.
También se ha producido un ligero incremento en el consumo de áridos para aplicaciones industriales y otras como agricultura o medio ambiente, tales como cementos, vidrios, cargas, filtros, industria química, siderurgia y metalurgia, etc., hasta los 24,0 millones de toneladas (+4,3%).
Por lo tanto, el consumo total de áridos, en el año 2016, ha sido de unos 120,6 millones de toneladas.
Se estima en 465 millones de euros el volumen de negocio del sector de áridos para la construcción, excluido el transporte. La caída acumulada en términos constantes, desde 2007 hasta 2015, es del -84,0%.
§ Se espera, en 2017, un pequeño impulso, siempre que no se vuelva a enturbiar el panorama político y que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado.
§ Las perspectivas de recuperación paulatina hacia cotas algo superiores a 200 millones de toneladas se van demorando, causando estragos en las empresas del sector.
El empleo directo asciende a 7.750 trabajadores, a los que hay que sumar otros 9.700 indirectos.
En 2016, prosigue una lenta recuperación del empleo del sector, habiéndose perdido 6.180 puestos de trabajo directos (-44%) y 22.700 puestos de trabajo totales, contando también con los indirectos, desde el inicio de la crisis en 2006.
En otro orden de cosas, la caída del consumo de áridos para la construcción, en 2016, muestra una evolución territorial muy desigual, retrocediendo por encima del -10%, Extremadura (-23,7%), Cantabria (-22,2%), Galicia (-19,7%), Navarra (-13,3%) y La Rioja (-12,8%), mientras que Andalucía (-7,5%), País Vasco (-5,8%), Asturias (-5,2%) han caído en consumo, pero en menor medida.
Por el contrario, Islas Canarias (19,0%), la Comunidad Valenciana (13,0%) y la región de Murcia (12,3%) han liderado el crecimiento, aunque las variaciones absolutas en volumen de consumo son todavía casi inapreciables. También han crecido levemente Madrid (+4,6%), Aragón (3,3%), Baleares (2,9%), Castilla – La Mancha (2,5%), Cataluña (2,3%), Castilla y León (2,1%).
Navarra (-58,0%), Galicia (-68,8%), y La Rioja (-69,4%) son, por este orden, las Comunidades Autónomas con menor incidencia desde el inicio de la crisis. En el otro extremo se sitúan la Comunidad Valenciana (-90,6%), Canarias (-86,6%), la Región de Murcia (-86,5%), Andalucía (-85,9%), con retrocesos superiores al -85%.
Desde 2006, cuando el consumo de áridos por habitante en España era uno de los más importantes de Europa, con cerca de 12 toneladas / habitante / año, esta cifra ha sufrido una reducción considerable.
Aunque, en 2016, el consumo de áridos para la construcción se mantiene en algo más de 2 toneladas / habitante / año (en concreto 2,07), sigue netamente por debajo de la media europea (5,0 toneladas / habitante / año). Estos valores son más propios de países subdesarrollados del tercer mundo que de una economía occidental integrada en la UE como la española.
Destacan por lo negativo de los valores que presentan, la Comunidad Valenciana (1,14 t/hab./año), la Comunidad de Madrid (1,15 t/hab./año) y Canarias (1,24 t/hab./año). Navarra (5,71 t/hab./año) es la única Comunidad Autónoma con consumos superiores a la media europea.
Actualmente, España – que se encontraba en segunda posición en 2006 – ocupa el noveno lugar de Europa en producción total de áridos, por detrás de Alemania, Rusia, Turquía, Francia, Polonia, Reino Unido, Italia y Austria, casi a la par que Rumanía.
Perspectivas para 2017
La situación de impasse que se vive hoy en día en buena parte de las Administraciones, está ocasionando el aplazamiento de la toma de decisiones respecto a la obra pública y alterando la dinámica de la iniciativa privada, con unos efectos muy negativos sobre la industria de productos de construcción, muy castigada por la crisis iniciada en 2007.
§ El año 2017 parte de una licitación que cerró 2016 con un leve crecimiento, pero con el valor mínimo desde 1996, en términos constantes, y con un nuevo retroceso en obra civil del -3,0%.
§ Aunque las incertidumbres políticas se han diluido en cierta medida, siguen siendo una amenaza para la evolución del sector que no hay que despreciar, ya que todavía no están aprobados los Presupuestos Generales del Estado del ejercicio, a inicios de mayo de 2017. La obra civil está pendiente de dicha aprobación y, según SEOPAN, podría todavía retroceder un -12% en el ejercicio.
§ Las necesidades de inversión en mantenimiento de infraestructuras son cada vez más acuciantes, ante el importante deterioro que están experimentando en lo últimos años
§ Por otro lado, los indicadores relacionados con edificación (visados, viviendas iniciadas, precio de la vivienda, acceso a la financiación, etc.) seguirán comportándose positivamente, lo que inducirá el alza de la demanda y compensarán, en cierta medida, la situación en obra civil.
§ Euroconstruct estima que, en 2017, puede haber un pequeño repunte de la construcción en torno al +3,0%.
§ Los primeros datos registrados en 2017 son mejores de lo esperado: incremento del +20,8% de la licitación a febrero y el consumo de cemento también creció el +14,1% en el primer trimestre.
Con todos estos datos, se espera que 2017 sea ligeramente positivo para el consumo de áridos para la construcción, con un crecimiento estimado de +2,5%, hasta los 100 millones de toneladas.
Fuente: ANEFA
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