Las administraciones públicas tienen el deber de promover políticas de sostenibilidad y también de predicar con el ejemplo, sirviendo de punto de referencia para el sector privado y la sociedad en general, comprometiéndose a su cumplimiento. En este sentido, los criterios de la CPE de la UE son un instrumento voluntario muy valioso, que permite a las diferentes instituciones utilizar el dinero público de forma respetuosa con el medio ambiente.

En 2020, la Comisión inició la revisión de los criterios de la CPE de la UE para el sector de la construcción en un contexto ambicioso, con el Pacto Verde Europeo pidiendo una transición hacia una economía circular y sostenible, así como una Europa climáticamente neutra. El sector de la construcción, por su elevado impacto ambiental, es clave para lograr una economía circular y sostenible, así como la descarbonización de Europa y no debe perder la oportunidad de diseñar edificios con un menor impacto a lo largo de su ciclo de vida.

El objetivo de esta revisión es actualizar los criterios para los edificios de oficinas y ampliar el ámbito de aplicación para incluir también los edificios educativos y las viviendas sociales. El proceso ha tenido en cuenta la coherencia con la legislación y las herramientas políticas existentes y futuras, teniendo en cuenta la alineación con Level(s). Los análisis técnicos y de mercado de las tendencias actuales muestran un importante margen de mejora, especialmente en lo que respecta a la reconversión profesional del sector, la sensibilización y la reducción del impacto medioambiental mediante la promoción de características pasivas, fuentes renovables, circularidad y comportamientos conservadores de los ocupantes. A la luz de los efectos ya observables del cambio climático en el medio ambiente y de cómo afecta a los edificios en los que vivimos y trabajamos, el diseño para la adaptación a los fenómenos meteorológicos extremos se convierte en una necesidad.

El conjunto de propuestas de criterios de la CPE de la UE tiene por objeto tener en cuenta el contexto europeo, que es muy diverso en términos de prácticas de construcción y abarca factores climáticos, culturales, sociales y económicos. Se esfuerza por ser ambicioso, versátil, fácil de implementar y sencillo en su aplicación. Además, las sinergias entre los diferentes criterios hacen de este instrumento voluntario un arma aún más poderosa para hacer que el sector de la construcción sea más sostenible, teniendo en cuenta, por supuesto, las compensaciones necesarias.

Acceso al informe